LUIS ANDRÉS ZUÑÍGA
Poeta, autor de teatro, ensayista y cronista
Nació en Tegucigalpa el 30 de abril de 1878, Murió en Tegucigalpa en 1965. Se graduó de bachiller en el Colegio Eclesiástico de su ciudad natal y, posteriormente, de abogado en la Universidad Central de Honduras. Prosiguiendo sus estudios en París, se doctoró en La Sorbona con una tesis sobre criminología y colaboró en la revista Mundial de Rubén Darío. A su regreso, vivió impartiendo clases en centros de segunda enseñanza y colaborando en varias publicaciones periódicas, como la Revista del Archivo y la Biblioteca Nacional. Perteneció a numerosas entidades tanto hondureñas como del extranjero. Luis Andrés Zúñiga es uno de los representantes del modernismo en Honduras. Su drama en tres actos Los conspiradores, es considerado uno de los textos fundadores del teatro hondureño; por algo obtuvo el primer premio en unos Juegos Florales y fue estrenado en el Teatro Nacional «Manuel Bonilla», representándose varias veces. OBRA. ENSAYO. Rémy de Gourmont (1912); Águilas conquistadoras (1912); Mi vida en París (1913); El banquete (1920). TEATRO. Los conspiradores (1914, 1954). NARRATIVA. Fábulas (1917, 1946, 1948).
LO INANIMADO
No blasfemo, Señor. Es que no advierte
mi mente, cierta luz en tus arcanos….
¿Por qué el dolor nuestro placer pervierte
y somos desgraciados los humanos?
Después de darnos la insegura suerte
hoscas angustias y deleites vanos,
caemos al abismo de la muerte
y nos comen los lívidos gusanos.
¿De tu esencia no está todo impregnado?
Ah, Señor, nuestro pecho dolorido
más prefiriera ser, de lo que has creado,
roca inmóvil o gota de una fuente;
átomo entre los átomos perdido
de la obscura materia que no siente.
OTOÑO ESPIRITUAL
Hoy nace la primavera,
y se siente en la pradera
una amorosa fruición.
¡Qué hermosa está la Natura!
Va a cubrirse de verdura.
¿No despiertas, corazón?
La vida viene de nuevo
con el botón y el renuevo.
Hay temblor en la Creación,
y parece que la aurora
más bellamente se enflora.
¿No despiertas, corazón?
¡Despierta! Que todo ríe
y la Afrodita deslíe
mil besos en su canción.
El aire aroman las flores
Y cantan los ruiseñores.
¡Ah, estás muerto, corazón!