JORGE FEDERICO TRAVIESO
Poesía
Nació en San Francisco, Atlántida, en 1920 y falleció en Río de Janeiro en 1953, siendo todavía muy joven. Obra publicada: La espera infinita (México, 1950).
CANCIÓN DE LA ESPERA INFINITA
Pesa a veces la vida y el hombre desespera.
Pesa el pesar y pesa la dicha que no fue.
La esperanza musita: espera, espera, espera,
y el corazón, cansado, responde: ¿Para qué?
¡Cuándo yo sea grande! Oh, frase verde y fresca
que florece en los labios cuando principia abril.
¡Cuándo yo sea grande! Espera, espera, espera,
y la niñez se pierde prendida al provenir.
¡Cuándo tenga dinero! ¡Cuándo ella me sonría!
¡Cuándo lleguen las Glorias por caminos de ayer!
¡Cuándo tenga el secreto de la muerte y la vida!
¡Cuándo Dios me visite tras un atardecer!
Y las cosas que llegan ya no tienen aroma,
el corazón, cansado, pregunta: ¿Para qué!
Espera, espera, espera, la Esperanza pregona
y otra vez nos ponemos a esperar y a creer.
Más un día se hielo la canción en la boca,
la Esperanza no tiene ni aguijón ni poder.
El amor está lejos, como estrella en derrota,
y Dios está lejano como Sol por nacer.
Erguido ante el poniente el corazón enreda
su pregunta de siempre ¿Para qué? ¿Para qué?
Y musita la Muerte: espera, espera, espera.
¡Y otra vez nos ponemos a esperar y a creer!