EPOCA PRECOLOMBINA
HONDURAS Y EL ÁREA MESOAMERICANA
En 1943, el antropólogo Paul Kirchoff estableció el concepto de » MESOAMERICA «, donde describe los limites geográficos, composición étnica y los caracteres culturales de los grupos presentes en la región antes de la venida de los españoles. La definición de las fronteras culturales desde el Valle de México hasta Región Sur de Costa Rica, ha contribuido a establecer las particularidades, influencias y origen entre los asentamientos humanos precolombinos. HONDURAS ,por la condición de su ubicación geográfica ha servido de frontera entre dos (2) grandes áreas culturales : Mesoamérica y la denominada área Intermedia ( Baja Centroamerica).
La Zona Norte y Occidental de HONDURAS ha sido caracterizada por los perfiles culturales mas importantes de Mesoamérica :
- Agricultura Intensiva,
- Pulido de la Obsidiana,
- Pirámides escalonadas,
- Urbanismo,
- Piso de Estuco,
- Juego de Pelota con sentido ceremonial,
- Escritura jeroglífica,
- Calendario Civil y Religioso,
- Uso de Papel y Hule para actos rituales,
- Uso de libros para anotar los acontecimientos más importantes,
- Sacrificios personales,
- Ordenes Militares y de Guerra para obtener victimas para sacrificios,
- Una compleja organización social y política.
El área Mesoamericana en HONDURAS, se subdivide en el Área Central y el Area Occidental. En el área central se identifican LOS LENCAS Y JICAQUES. Los sitios arqueológicos de Travesía, Cerro Palenque, La Guacamaya, Los Naranjos, Gualjoquito, Salitrón Viejo, Tenanpúa y Yarumela. En el Área Occidental los grupos son los MAYAS ( Chortis, Chol y Chontales). Los sitios arqueológicos de Copán, Rio Amarillo, Los Higos, El Abra, El Puente y Roncador.
El Área Cultural INTERMEDIA, comprende Región Este Y Sur , y se caracteriza por los Clanes matriliniales, Cultivos de Yuca, adornos en las orejas, mayor dependencia de la actividad de Caza y Pesca, su escasa organización social no le permitió levantar centros ceremoniales, ni cacigazgos políticos. Su estructura es Tribal. Su vida es menos compleja hasta en las actividades religiosas. Se Identifican LOS PAYAS, SUMOS, MISQUITOS Y TAWAHKAS. Los sitios arqueológicos de Plan Grande, Ochenta Acres, Piedra Blanca, Peroles Calientes, Cuevas de Cuyamel , Rio Plátano y Rancho Williams.
La Región Sur no tiene identificados sitios arqueológicos. Se detecta una influencia Chorotega y Pipil.
MESOAMÉRICA PERÍODOS
Para ubicarnos en el tiempo y espacio se ha diseñado un modelo de cronología del Proceso Formativo de la sociedad hondureña. El Tercer Seminario de Arqueología Hondureña, celebrado en Tegucigalpa en 1985, presentó un esquema cronológico de la evolución que responda a lo específico del área de Honduras en el contexto del Proceso de la formación del área de Mesoamérica. Utilizando nombres de la flora local designó los periodos en cada secuencia histórica.
- Periodo ACACIA ( PALEOINDIO ) : Sin fijar – 8,000 a.C.
- Periodo CAOBA ( ARCAICO ) : 8,000 – 4,000 a. C.
- Periodo ENCINO : 4,000 – 1,200. a. C
- Periodo GUANACASTE : 1,200 – 300 a. C.
- Periodo LIQUIDAMBAR : 300 a. C. – 500 d. C.
- Periodo OCOTE : 500 d. C. – 1,000 d. C.
- Periodo EL SAUCE : 1,000 d. C. – 1,500 d.C
Los Periodos III, IV y V ( Encino- Guanacaste y liquidámbar) se encuentran en el Contexto del Periodo Formativo ( Temprano- Medio y Tardío ) de la civilización Maya en el marco del Poblamiento y formación Social del área de Mesoamérica.
El PERÍODO ACACIA (PALEOINDIO): 13,000 a. C. al 8,000. a.C.
Demostrada la fuerza migratoria asiática hacia América por el estrecho de Bering, de acuerdo a hallazgos en Alaska, Canadá y Estados Unidos que data de 30,000 a 40,000 años. Durante miles de años después, estuvieron asentados en la zona de México y Centroamérica, lo que dio inicio a lo que podemos llamar la prehistoria de Honduras. Las bandas de pobladores eran cazadores y recolectores. La abundante fauna menor y la diversidad de la flora, les hizo depender de la naturaleza para su sobrevivencia. Su dieta alimenticia era predominantemente carnívora, la constituían venados, chanchos de monte y tortugas. Los grandes animales se habían extinguido miles años antes. La recolección de frutas, granos, huevos de animales, conchas e insectos era un trabajo realizado por las mujeres, los niños y los ancianos. Los utensilios de hueso, madera y fibra vegetal eran elaborados a partir de los animales cazados o recolectados.
PERÍODO CAOBA (ARCAICO): 8,000 a. C. – 4,000 a. C.
La tecnología de los instrumentos de caza se derivó a otras actividades de subsistencia. Las puntas fueron utilizadas en la explotación de plantas, piedras trabajadas y utensilios en las actividades alimenticias. Los utensilios de piedra pulida, para aprovechar mejor los recursos vegetales, como morteros con su majador y la piedra de moler con mano, nos permite visualizar un avance en la organización social de las bandas cazadoras y recolectoras. La población aumentó y el agrupamiento de bandas mayores obligó a una mayor explotación de especies y ambientes. La tendencia al sedentarismo se reflejó en las prácticas religiosas, pues se realizaban entierros con ofrendas y sacrificios de animales. En Honduras existen dos sitios arqueológicos de este período: a) En La Esperanza, Intibucá, y b) En El Progreso, Valle de Sula. Los restos de puntas de proyectil y raspadores son pruebas de la presencia humana en el Período Caoba. Su organización social era mínima, ligados por parentescos se unían en familias con la autoridad del consejo de jefes de familia. Su alta movilidad en la búsqueda de alimentos no logró desarrollar asentamientos permanentes. El abrigo lo obtenían en las cuevas o lugares rocosos. Su vida espiritual era animista y no tuvieron culto alguno a deidad. Sus instrumentos más identificados son los cuchillos, hachas, raspadores y puntas de flechas. Los trabajos de objetos líticos y los obtenidos en materiales por presión han llevado a identificar una tipología de las puntas de proyectil (flechas), conocidas como puntas clovis, sandía, folsom y plano. El fósil que más sirve para la investigación de la prehistoria americana es la punta de proyectil (flechas) utilizada para cazar animales medianos y grandes. Las puntas clovis, de auténtico origen americano, pero con tradición asiática de la región del lago Baikal. Su cronología se ubica entre 12,000 y 9,000 a.C. Las que se encontraron en el sitio de San Rafael, Guatemala, demuestran una amplia difusión por Centro América. La forma lanceolada, convexa en los filos, la base cóncava, la imperfecta acanaladura en ambas caras, es característica del Período Acacia. Las puntas sandía, difundidas en América del norte, data su presencia de 10,000 al 8,000 a.C. Las puntas folsom, encontradas en la localidad de Nuevo México (USA), tienen una antigüedad de 9,000 años a.C. Han aparecido en un área muy limitada. Es más pequeña que la clovis, muy bien trabajadas cor las técnicas de percusión y presión; con agudas acanaladuras laterales, lo que representa una evolución en los instrumentos de caza de estos pueblos. Las puntas plano, ubicadas en la zona del norte de Canadá y Mesoamérica, datan del 8,000 al 5,000 a.C. La eliminación del filo de la parte inferior de la punta para atarse a algún otro objeto es su principal característica. Esto implica un nivel más complejo de organización social de las bandas de cazadores y de recolectores, pues sus instrumentos de caza pasan a incorporarse a otras actividades. Surge la presencia de una esporádica y estacional agricultura. En América del Sur también se ha utilizado la tipología cultural de las puntas, con la diferencia de la punta foliácea. Su forma es alargada, con los extremos en la punta y con los filos de dientes de sierra. El uso es propio de cazadores de megafauna (animales grandes) de las altiplanicies sudamericanas. El sitio arqueológico de El Reparto, Honduras, es el único que puede pertenecer al Período Acacia. Los restos son muy limitados, sin embargo, los nuevos descubrimientos nos pueden ofrecer mayores conclusiones.
PERÍODO ENCINO: 4,000 – 1,200 a. C.
Inscrito dentro del Proceso Formativo (Preclásico) del área mesoamericana, el Período Encino se caracteriza por los drásticos cambios en las costumbres y la actividad cazadora y recolectora de los grupos humanos. La vida sedentaria y la agricultura de subsistencia se convierten en la principal ocupación. El pulido de piedras es sustituido por la alfarería. Los alimentos son almacenados y cocidos. Se forma la primera gran civilización mesoamericana: la cultura olmeca. Esta cultura tuvo una enorme influencia en los rasgos culturales de toda la región, en especial, en el arte lapidario monumental, el calendario, la escritura, el panteón de dioses, la arquitectura ceremonial y las rutas comerciales. De ahí, que algunos consideren a la cultura olmeca como la «civilización madre de Mesoamérica». Se logra el primer cambio genético provocado por intervención humana, al lograr el maíz. Por los restos de polen encontrados, esta adaptación genética se da alrededor del año 3500 a.C., acontecimiento de importancia extraordinaria en la cultura de nuestros pueblos. La cultura del complejo maíz-frijol-calabaza es la base, más adelante, del desarrollo de la astronomía, las matemáticas y la vida social y religiosa de los pueblos de Mesoamérica. El ciclo de lluvias y su relación con las labores agrícolas empezó a ser registrado en la memoria del pueblo. El aumento poblacional y la organización política y social impulsó la búsqueda de nuevos sitios para los asentamientos humanos en lugares más aptos para la agricultura, la vivienda y con acceso al agua. Empiezan a construir viviendas y se abandona la práctica de las cuevas y los abrigos rocosos.
Surgen las primeras prácticas chamanistas (jefes religiosos-sacerdotes), en donde el jefe de la agrupación ejerce labores religiosas y medicinales. Los primeros grupos premayas se asientan en las tierras altas de Guatemala, y el área central de El Petén. El cómputo del calendario maya se fecha alrededor del año 3,313 a.C.
PERÍODO GUANACASTE: 1,200 – 300 a.C.
Se reconoce este período como parte del formativo medio de Mesoamérica, cuya característica más destacada es la difusión de la alfarería. La agricultura se convirtió en la principal actividad y los asentamientos humanos pasaron a ser caseríos. La urbanización de los poblados tiene un gran impulso con la construcción de los primeros edificios públicos. La vivienda se amplía para el grupo familiar extenso. El intercambio comercial se expande con el desarrollo de redes terrestres y marítimas. Surgen los primeros cacigazgos; el culto a los muertos y entierros de carácter religioso y el surgimiento de dioses en el culto del panteón.
PERÍODO LIQUIDÁMBAR: 300 a.C. al 500 d.C. Motagua
Lo más notable de este período es el surgimiento de la estructura política, social y económica de los pueblos de Mesoamérica, particularmente la del pueblo maya asentado en la región de Copán. La evolución de los cacigazgos o señoríos obligó a hacer alianzas políticas por razones de parentesco, matrimonio o expansión; esto supone un cambio cualitativo en la sociedad preclásica y que se expresa en las construcciones monumentales. Hay presencia de una autoridad central como jefe (monarca) que dirige las obras públicas, impone, recauda y distribuye los recursos humanos (esclavos-presos de guerra) y materiales (tributos). La vinculación entre el poder político y religioso es muy notoria. Se constuyen las primeras plazas ceremoniales. Se produce una estratificación social por el nivel de acceso a los medios de subsistencia y la conformación de gremios especializados en artes y oficios (sacerdotes, artesanos, militares, escribanos). Se desarrolla fábricas y talleres de obsidiana, utensilios cortantes, cerámica bícroma y polícroma y artículos de jade, concha marina y libros (códices), mostrando una actividadad económica viva y pujante. Se produce el derrumbamiento de la cultura madre de Mesoamérica , la olmeca, y Honduras, inicia el desarrollo cultural en uno de los sitios argueológicos más conocidos en el mundo, Copán. Nace la «Atenas» de Mesoamérica. El glifo-emblema de Copán es reconocido en toda el área central de El Petén, así como en las ciudades mayas de Tikal y Uaxactum. En el año 426 d.C. asciende al reinado Yax Ku’Mo’, conocido como el fundador de la dinastía de Quetzal-Guacamayo Azul, y la representación de toda la dinastía de los 16 gobernantes aparece en el Altar Q de la Acrópolis de Copán. Existen pruebas irrefutables del alto nivel de conocimiento alcanzado en el mundo maya. La Placa de Leyden encontrada en Puerto Barrios, República de Guatemala, en el año de 1864, indica que su origen es del año 320 a.C. La Placa de Leyden es de jadeíta, que indica una temprana actividad cultural en la zona. En la Estela 29 de Tikal se encuentra un texto jeroglífico que corresponde al año 292. d.C. En el centro de Honduras, surgen asentamientos de grandes aldeas con edificios públicos de tamaño monumental. Edificios que alcanzan hasta 20 metros como Los Naranjos (Lago de Yojoa) y Yarumela (Valle de Comayagua). En el Período Liquidámbar cronológicamente corresponde con el final del formativo de la cultura mesoamericana, y el inicio del Período Clásico del mundo maya.
PERÍODO OCOTE (CLÁSICO ): 500 d.C. – 1,000 d.C.
Es el período de mayor esplendor en el mundo de Copán. Todas las majestuosas edificaciones de este período deben interpretarse como el reflejo de una concepción del más allá del mundo terrenal. Las manifestaciones en la arquitectura, escritura, arte y religión son plenamente desarrolladas y su influencia en el área occidental de Honduras se hace sentir en todos los pueblos circunvecinos. La población de Copán llegó a tener más de 20, 000 habitantes. Esa homogeneidad lingüística y cultural se expresa en la cerámica polícromada, en el creciente intercambio comercial de productos de primera necesidad y suntuarios entre las ciudades, en la adopción de rasgos arquitectónicos comunes a todo el mundo maya como plataformas elevadas para los edificios y canchas para el juego de pelota. Construían conjuntos de edificios alrededor de patios rectangulares. La complejidad social y económica se expresa en una armoniosa e inestable alianza de poder entre los diversos señoríos. La centralización autoritaria personificada en el Rey o Gobernante está legitimada por su función política y religiosa. Los conflictos de la alianza produjeron las crisis sociales que caracterizaron el período, a partir del año 820 d.C. y dieron fin al Período Clásico en medio de una resistencia civil y popular. Los diversos problemas por falta de alimentos, erosión de los suelos, enfermedades, falta de liderazgo de la clase dirigente y el culto a nuevos dioses en el panteón, son algunas de las causas principales que provocaron el colapso de la civilización maya en Copán. Algunas causas de naturaleza interna y externa se conjugaron para provocar el derrumbe del mundo clásico maya en Copán. La influencia del mundo de Copán fue muy escasa en el área de Guatemala y Belize, aunque en Quiriguá (Altar L) y Caracol (Estela 16) se encuentran inscripciones de reyes de la dinastía de Copán. Su mayor influencia fue sin duda en la parte central y norte de Honduras.
Al final del Período Clásico (600-900 d.C.), el mundo maya de Copán había sido abandonado como centro ceremonial y la selva empezó a cubrir con su vegetación la segunda ciudad más importante de la civilización Maya. Además, se produjeron grandes cambios en el valle de México que tendría repercusiones en las tierras altas y centrales de Guatemala, Honduras y el resto de Centro América.
PERÍODO SAUCE (POSTCLÁSICO ): 1,000 d.C. – 1,500 d.C.
Las poblaciones, al momento del derrumbe del centro ceremonial, iniciaron migraciones hacia las tierras bajas de Yucatán y la zona norte–occidental de Honduras. El contacto con los mayas mexicanizados y la arquitectura de fortificaciones (Tenampúa-Los Naranjos) alrededor de las ciudades, son las características principales del Período Sauce. El colapso demográfico y social producido en el contexto de un deterioro ambiental obligó a la población a buscar nuevos asentamientos. El sitio de Naco, en el Valle de Sula, fue escogido como centro comercial de gran importancia. El intercambio comercial fue intenso, sobre todo con ciudades de Yucatán. Años más tarde (1502), Yumbé, el primer hondureño que confraterniza con los españoles en la Isla de Guanaja y les sirve de intérprete en la costa oriental, venía de adquirir piezas y artículos de Naco. Yumbé y sus allegados recorrieron en canoa las milenarias rutas comerciales de los pueblos mayas. Naco llegó a tener más de 1,000 habitantes. Igualmente, los grupos que emigraron hacia el centro y sur del país, como los pipiles y chorotegas, fueron esparciendo prácticas culturales propias del Valle de México, después de la caída de Teotihuacan. Se introduce la metalurgia, sobre todo del cobre y oro. La presencia de los rasgos de la cultura maya en el área de Honduras se diluye, y los grupos indígenas van adquiriendo su propia identidad al contacto con el medio ambiente. Al final del Período Sauce solamente en las tierras bajas de Yucatán (Chichén Itza, Uxmal y la Liga de Mayapán), la grandiosa civilización sobrevive con las líneas generales de su cultura. En el momento del contacto se inició el proceso del derrumbe final de una de las civilizaciones más importantes en el desarrollo de la humanidad. En resumen, el Período Sauce finaliza en Copán después del 900 d.C., de tal suerte que, al momento de la llegada de los españoles, la ciudad estaba recubierta de bosque tropical. Sin conocer la rueda, ni el arado, ni el uso del hierro y del bronce, los mayas lograron precisar con exactitud los ciclos lunares, solares y venusianos y reconocieron la importancia de las estrellas y constelaciones. Tuvieron su propio zodíaco para prácticas adivinatorias (Códice de París).
ORÍGENES DEL HOMBRE HONDUREÑO.
Hablar de cuando llegó el primer hombre a lo que hoy es Honduras, resulta bastante complejo y polémico por la razón del tema. Además, en nuestro país las investigaciones paleontológicas, arqueológicas, antropológicas e historia del período prehispánico, son muy pocas, pero a pesar de ello podemos dar algunas ideas en torno a nuestros primeros habitantes.
Apoyándonos en la lingüística como ciencia auxiliar de la historia, que permite establecer la procedencia migratoria de los diferentes grupos humanos, se ha podido identificar algunos indicios en nombres de lugares, plantas, animales y ríos, que los primeros pobladores del centro y occidente de Honduras vinieron del norte y que descendían de aztecas, toltecas y mayas. Llegaron a Honduras aproximadamente 4 mil años.
Se puede observar gran cantidad de nombres de plantas y animales y de topónimos provienen de la lengua mexicana o azteca y otros de la lengua lenca. Por ejemplo son de origen azteca topónimos como Ocotepeque, Colohete, Mejocote, Comayagua, Tegucigalpa y Siguatepeque. Plantas y frutos como aguacate, zapote, ayote, guapinol, guama, también de origen azteca, al igual que los nombres de ciertos animales como pizote, jolote y zanate. Hay muchos topónimos del centro, occidente y sur de Honduras de procedencia lenca, grupo del macrochibcha pero con muchos siglos de contacto con las culturas mesoamericanas, como Lepaterique, Lauterique, Guacerique y Erandique entre otros muchos.
Otros han propuesto que los primeros habitantes del sur y oriente de Honduras provienen de grupos chibchas del sur del continente americano al igual que las migraciones del norte, y que llegaron hace unos 4000 años. Algunos topónimos del sur y oriente de Honduras reflejan la presencia de grupos de origen chibcha, en especial matagalpa y chorotega, con la presencia de la palabra li, agua, como Danlí, Oropolí, Apalí, Morocelí y Combalí .
A partir de estudios lingüísticos, antropológicos y arqueológicos se ha establecido que los primeros pobladores fueron los chorties, los chorotegas, los pipiles y los tolupanes procedentes del norte; lencas, tawalkas, pech y misumalpas provienen del sur de América y estuvieron organizados en tribus y cacicazgos. A excepción de los mayas que según las investigaciones llegaron al territorio en el año 100 a.C. y nuevamente regresaron a su lugar de origen a mediados del siglo VIII d.C.
Hasta el momento, los restos humanos más antiguos encontrados en nuestro país son de La Estansuela, en el municipio de Marcala, departamento de La Paz, fechados aproximadamente hace 12,000 años.
Culturalmente sí podemos definir que, por la posición geográfica de nuestro territorio, tenemos influencia de dos áreas culturales: Mesoamérica y el área Intermedia o circunscaribe. Cada una de ellas presenta rasgos culturales diferentes, desde su base alimenticia hasta sus patrones de asentamiento y organización socio-política; sociedades estratificadas y cacicazgos en Mesoamérica y sociedades tribales en el área intermedia, la primera con una base alimenticia de maíz y la segunda de yuca.
Al momento de la llegada de los españoles, estos grupos estaban divididos en unidades geopolíticas que podríamos llamar señoríos, gobernados por caciques. Según los documentos coloniales, los principales grupos y asentamientos en Honduras estaban distribuidos así: Naco y Cocumba en el noroeste; Cerquín y Care en el suroeste; Sulaco y Manianí en la depresión central y las tierras altas; Olancho en el centro y oriente; Papayeca-Chapagua y Peicacura en noreste y Choluteca-Malalaca en el sur.
EL PRIMER HONDUREÑO EN CONTACTO CON EL MUNDO EUROPEO: YUMBÉ.
La crónica de Hernando Colón, » Vida del Almirante Don Cristóbal Colón», nos describe el primer encuentro y contacto del nativo Yumbé en las Isla de Guanaja, el 30 de julio del año 1502, «Volviendo a nuestro descubrimiento, digo que habiendo llegado a las Islas de Guanaja, mandó el Almirante Cristóbal Colón al Adelantado Bartolomé Colón su hermano, que fuese a tierra con dos bateles. Allí encontraron gente parecida a la de las otras islas, aunque no con la frente tan ancha. Vieron también muchos pinos y pedazos de tierra llamada cálcide, con la cual se funde el cobre, la cual algunos marineros, pensando que fuese oro, llevaron mucho tiempo escondidas».
Estando al adelantado en aquella isla, con deseo de saber sus secretos, quiso su buena suerte que llegara una canoa tan larga como una galera, de ocho pies de anchura, toda de un solo tronco, y de la misma hechura que las demás, la cual venía cargada de mercancías de las partes occidentales hacia la Nueva España. Tenía en el medio un toldo hecho de hojas de palma, no distinto del que llevan en Venecia las góndolas, el cual defendía lo que estaba debajo de tal modo que ni la lluvia ni el oleaje podían mojar nada de lo que iba dentro. Bajo aquel toldo estaban los niños, las mujeres y todos los bagajes y las mercancías. Los hombres que llevaban la canoa, aunque eran veinticinco, no tuvieron ánimo de defenderse contra los bateles que les persiguieron. Tomada, pues, la canoa por los nuestros sin lucha, fue llevada a los navíos, donde el Almirante dio gracias a Dios, viendo que en un momento, sin peligro ni fatiga de los suyos, era servido de darle muestra de todas las cosas de aquella tierra. Luego mandó que se sacase de la canoa lo que pareció ser de mayor vista y precio, como algunas mantas y camisas de algodón sin mangas, labradas y pintas con diferentes colores y labores; y algunos pañetes con que cubren sus vergüenzas, de la misma labor y paño con que se cubrían las indias de la canoa, como suelen cubrirse las moras de Granada, y espadas de madera larga, con un canal al lado de los filos; a los cuales estaban sujetas con hilo y pez navajas de pedernal, que entre gentes desnudas cortan como si fuesen de acero; y hachuelas para cortar leña, semejantes a las de piedra que usan los demás indios, salvo que eran de buen cobre; y también de aquel metal llevaban cascabeles y crisoles para fundirlo; y por vituallas llevaban raíces y granos, que comen los de La Española, y cierto vino hecho de maíz semejante a la cerveza de Inglaterra, y muchas de aquellas almendras que tienen por moneda los de la Nueva España, las que parecía que tuviesen en gran estima, puesto que cuando fueron puestos en la nave con sus cosas, noté que al caer una de aquellas almendras, todos se agachaban enseguida a cogerla, como si se les hubiese caído un ojo.
Al mismo tiempo parecía que aunque no volvieran de su estupor, viéndose sacar presos de su canoa a la nave entre tanta gente extraña y feroz como somos nosotros respecto a ellos, como la avaricia de los hombres es tanta, no debemos maravillarnos de que aquellos indios la antepusieran al temor y al peligro en que se veían.
Asimismo, digo que debemos también estimar mucho su honestidad y vergüenza, porque si al entrar a la nave ocurría que les quitasen algunos de los paños con que cubrían sus vergüenzas, enseguida el indio, para cubrirlas, ponía delante las manos y no las levantaba nunca; y las mujeres se tapaban la cara y el cuerpo, como hemos dicho que hacen las moras en Granada.
Esto movió al Almirante a tratarlos bien, a restituirles la canoa, y darles algunas cosas a cambio de aquellas que los nuestros les habían tomado para muestra. Y no retuvo de ellos consigo sino a un viejo, llamado Yumbé, el cual parecía de mayor autoridad y prudencia, para informarse de las cosas de la tierra, y para que animase a los otros a platicar con los cristianos; lo que hizo pronta y fielmente todo el tiempo que anduvimos por donde se entendía su lengua. Por lo que en premio y recompensa de esto, cuando llegamos a donde no podía ser entendido, el Almirante le dio algunas cosas y le envió a su tierra muy contento. Esto sucedió antes de llegar al Cabo de Gracias a Dios, cerca de la costa de la Oreja.