CLAUDIO BARRERA (Vicente Alemán)
Nació en ciudad de La Ceiba, departamento de Atlántida el 17 de septiembre de 1912 y falleció en Madrid, España, el 14 de noviembre de 1971. Sus padres fueron Vicente Alemán y Delfina Gómez. Realizó estudios de Comercio y de Bachillerato en la ciudad de La Ceiba. Perteneció a la generación literaria del 35. Obras publicadas: La pregunta infinita (Kobe, Japón, 1939); Brotes hondos (Tegucigalpa, 1942); Cantos democráticos al General Morazán (México, 1944); Fechas de sangre (San Salvador, 1946); Las liturgias del sueño (San José, 1948); Antología de poetas jóvenes de Honduras desde 1935 (México, 1950); Recuento de la imagen (Tegucigalpa, 1951); El Ballet de las guarias (s/f); La niña de Fuenterrosa (Tegucigalpa, 1952); Poemas y un drama, La estrella y la cruz (Tegucigalpa, 1953); Poesía completa (Tegucigalpa, 1956); La cosecha (Tegucigalpa, 1957); Pregones de Tegucigalpa (Tegucigalpa, 1961); Poemas (Tegucigalpa, 1968); Hojas de otoño (Tegucigalpa, 1969); 14 de Julio (Tegucigalpa, 1969); Canciones para un niño de seis años (Tegucigalpa, 1972) y Antología Poesía Negra en Honduras (Tegucigalpa, 1963), en colaboración con Julio Rodríguez Ayestas. Recibió el Premio Nacional de Literatura «Ramón Rosa», en 1954. En 1949 fundó las revistas literarias Surco y Letras de América en Tegucigalpa. Dirigió la página literaria sabatina del diario El Cronista de Tegucigalpa. Fue director de Relaciones Públicas de la Lotería Nacional y del Consejo Metropolitano del Distrito Central, hoy municipalidad de Tegucigalpa. En su vida diplomática fue agregado cultural de Honduras en España y ejerció el periodismo en México, El Salvador y Costa Rica.
EL POETA
El poeta está parado frente al universo.
Su canto viene por la vértebra de los siglos y tienen sangre y espíritu.
A los pies de los poetas corre un río de sangre y al nivel de su espíritu corre un río de sueño.
El poeta está salvado.
El poeta está sobre las cosas duraderas y mudables.
El poeta es eterno, como el Universo.
Y es el único entre los hombres que como el sol, está ante los humanos.
El poeta tiene la voz de todos los hombres y la esencia de todas las cosas divinas y humanas.
Es antena de la voz y del sueño.
Por él se percibe la música íntima del hombre, su queja, su grito, su angustia, su muerte.
Por él se avizora su triunfo, su fuerza, su gloria.
El poeta está parado frente al Universo
Poeta es todo soñador, todo iluso.
Poeta es el que ve la tarde maravillosa y el que la siente.
Poeta es el que se extasía ante la aurora y suspira.
Poeta es el que la canta.
LO SUBLIME
Nada me queda ya, todo es de mis hermanos:
desde la fuerza ruda de mis manos,
hasta el ansia febril de mis ideas.
Todo lo di a la vida. ¡Todo! ¡Todo!
Y he llegado a notar maravillado,
que después de haber dado
mi fuerza, mi dolor y mi creencia,
todo lo he recibido
Sin haberlo pedido.
Sin haberlo esperado
todo ha llegado a mí.
Es el gesto supremo de la bondad divina;
la sublime verdad,
porque al brindarle todo a mis hermanos,
se llenaron de lumbre mis dos manos
plenas de eternidad.