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CONFUCIO MONTES DE OCA

Nació en La Ceiba, departamento de Atlántida en 1896 y murió en 1925. Desde muy niño manifestó sus inclinaciones artísticas, sobre todo en lo que se refiere al dibujo, ya en la adolescencia, se dedicara a pintar los paisajes tropicales de la Costa Norte de Honduras, con un excelente color y un magnífico trazo. Viajó a Francia en 1919, estableciéndose en París. En 1921 pinta su famoso cuadro «El  forjador», con el que obtuvo un importante premio en el fogueado ambiente artístico de París.

Ese mismo año se trasladó a Italia, se instaló en Roma, tomó los pinceles para hacer obra con motivos del ambiente: la campiña italiana, las calles más antiguas de la ciudad y de algunos monumentos históricos. De su experiencia en Francia había llevado un figuratismo de tipo romántico, al etilo de Delacroix, en el que la figura humana era exaltada por su belleza y armonía de formas, utilizando para ello unos colores transparentes de gran fuerza. El contacto con Italia adopta en el paisaje, la línea del impresionismo, que entonces tenía mucha presencia bajo la égida de Silvestro Lega, Tranquilo Cremona, Daniele Ranzoni y otros. Cuatro años permaneció Montes de Oca en aquel país dedicado exclusivamente a la pintura. En 1925 dispuso volver a Honduras animado por el propósito de emplear la técnicas aprendidas durante su estancia europea en la representación de la temática hondureña, por desgracia, dos meses después de su arribo a Honduras falleció sin poder cumplir a cabalidad tan justificado deseo. Su último cuadro es el titulado «Yo», al que hubo de darle las pinceladas finales tres días antes de su deceso. En él quiso Montes de Oca reflejar los abatimientos de ánimo a que lo sometió una realidad despiadada y brutal. Por eso la pintura en referencia, de pequeñas dimensiones, representa a un árbol azotado por terrible vendaval.

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