ADÁN CANALES
Nació en Comayagüela, Francisco Morazán, el 17 de abril de 1875 y falleció a la edad de 40 años el 29 de abril de 1925, época de turbulencia política en Honduras. Su sepelio al Cementerio viejo fue una verdadera manifestación de duelo nacional.
Dotado de un extraordinario temperamento literario, inmenso más que todo en las fuentes puras del positivismo, Adán Canales descolló desde muy joven en poesía y periodismo.
El 31 de enero de 1906, a la edad de 31 años, escribió sus primeros artículos en el semanario de críticas Fígaro, el que apenas llegó hasta el mes de septiembre, debido a la anormal situación que vivía el país, y a las condiciones económicas difíciles que padecía el pueblo hondureño. En 1910, pública su libro de poemas, Horas que pasan, que contiene una poesía de profundo sentimiento romántico que mereció el elogio de la crítica nacional.
Dos años en 1912, se unió al empresario tipográfico, don Manuel M. Calderón, y ambos fundaron en Tegucigalpa, El Cronista.
Adán Canales fue uno de los prestigiados fundadores del «Ateneo de Honduras»; institución cultural bajo cuyo amparo sobresalieron magníficos escritores y poetas, pertenecientes a las primeras promociones del siglo XX.
A SOLAS
Yo no soy el culpable de mi propio destino,
Yo digo a Dios, humilde mi rezo matinal;
Y si a veces el vaso se colmó de mi vino,
No fui yo el que ofreciera ni la dicha ni el mal.
Yo me pregunto a solas, cual es la ruta cierta
Que ha de seguir el alma en su perenne afán,
La ilusión es la novia que un día quedó muerta
Y los sueños acaso no saben donde van.
¿ A quién pedir un poco de piedad en la vida?
¿ A quién rogar que sea más humilde la herida
Que acecha en lo recodos del sendero fatal?
Se cansó ya la súplica de vibrar en los labios,
Y pensando en angustias y pensando en agravios
Nunca supimos nada ni del bien ni del mal.